Crónica para La Nación sobre Maratón Sustentable, el desafío de cubrir una carrera que terminé ganando.
Las carreras de montaña combinan paisajes de ensueño, deportistas sociables y momentos para desconectar de todo y conectarse con uno mismo. Pero todo eso tiene un precio: viajes largos, estadías e inscripciones caras. Daniel Altavilla trabajaba en un banco, corría disfrutando de la naturaleza y cada vez desafiaba distancias mayores. En 2012 había competido a lo largo de 80 kilómetros en Villa La Angostura. Llegó el año 2013, se fue a anotar en la misma carrera, pero ya no le alcanzaba la plata. Cada vez le costaba más viajar, inscribirse, alojarse, y entonces pensó: «¿Cómo debería ser una carrera de montaña gratuita a la que me gustaría que me invitasen?». Continúa acá…