Correr y escribir: mis dos amantes

Tengo dos amantes, para algunos puede ser el paraíso, para otros un infierno. Yo aún no definí la locación, con ambas he visitado los dos lugares. Podría sorprender que: empaparse en transpiración, con los músculos al límite y el corazón a tres latidos por segundo, sea tan parecido a perderse, sentado en una silla, ante una hoja en blanco. Pero es así, ellas son tan distintas por fuera, como iguales por dentro. No importa, en el fondo las dos me enamoran por lo mismo, con ellas, por un rato, le escapo a la muerte.

Correr me lleva de paseo por mi cuerpo, descubro rincones que ignoraba que tenía, y que podían llegar a doler. Me encuentro con mi respiración, con mis piernas, con mis latidos, es un viaje por dentro. Escribir también me lanza a lo profundo, pero ahí no hay anatomía, las definiciones pierden contundencia, puede ser una excursión por el alma, las emociones o los miedos, no importa mucho el nombre, sólo sé que es muy adentro. Las dos me enfrentan con lo mejor y lo peor de mí. Continúa acá…

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