Carreras clandestinas. Cómo es correr por apuestas millonarias
Que yo sea un atleta con casi una década de entrenamiento no importa, que haya ganado una decena de carreras desde Ushuaia hasta Río de Janeiro, tampoco. Acá, en una pista clandestina oculta en el corazón de Lugano, rodeada de monoblocks que vigilan desde ventanas entreabiertas, todo eso no me sirve para nada. Ni trofeos ni medallas. Acá, dos corredores se juegan mano a mano cientos de miles de pesos cash, billete sobre billete en una bolsa . El primero que cruza la línea se vuelve rico; el segundo se descarta. Sin antidoping, sin excusas. Bienvenidos al mundo de las picadas humanas.