K21 San Martín de los Andes 10k o cómo casi me parto la cresta

Que este relato va como si te lanzaras de una montaña a ritmo kamikase de cabeza hasta la base…

Que largamos con todo en San Martín de los Andes los 10k del circuito K21 Series y me llevaba la punta colgado como un barrilete, que cómo iban esos nenes, si están anotados en 21 y 30k y me estaban dando un baile que menos mal que yo iba para los 10 pensaba y que ojalá ninguno de estos fuera conmigo, si se empezaba a estirar la fila en las subidas y las pulsaciones se me iban más arriba que el pico nevado de las montañas y los otros parecían cabras de montaña, y yo cabra de yo cabra asmática de ciudad, y me decía aguantá que ya empezaremos a bajar, aguantá que ya se van a cansar, y qué bajada ni que cansancio, seguíamos para arriba como pedo de buzo, hasta que por fin se dividen y quedamos solos los de 10k, no va que me veo puntero, bien! Y no va que el segundo lo tengo pegado atrás mío y tiene una pinta de cabra de montaña, mal! Y mierda que siguen las subidas y lo anterior era la entrada en calor nomás porque ahora no es subida sino escalada y por más ganas que le puse iba dejando la vida, y las patas, y el de al lado a la par se me pone a caminar apoyando las manos en los cuádriceps, y yo corriendo, o intentando, no lo puedo despegar, así que mierda, vamos con esa nomás, a meter mano a los cuádriceps y que cuesta tanto como correr pero resoplo un poco menos y de a poco igual se me va, y bueno a seguirlo cerca a ver si aparece una chance y ni tanto se me había ido y otro que me aparece por atrás como en moto, este era cabra pero de alta montaña y me pasa echando viento, cuanto mucho lo seguí 50 metros y usa se puso a pelear el puesto con el de adelante y de venir primero paso a tercero y que no aparezca otro porque me saca del podio, que por fin llegamos a la mitad y empezamos a bajar, ni sabía que todavía faltaba lo peor, casi me rompo los cuernos bajando lanzado se me tocan las patas, que ya venían locas, y no me comí media montaña de pedo, casi casi que me caigo y para colmo los otros dos se me empiezan a ir a la mierda y yo bajando cada vez con más cagazo, la voy llevando como puedo, cada vez falta menos, miro para atrás no viene nadie, no nos caigamos que metemos podio, y no faltaría no dos kilómetros y uno que me grita «¡Vamos Ezequiel!» y me pasa, concha de la lora que me saca del podio, y ahí sí que me tiro de cabeza y que sea podio o caída, me le prendo y lo puedo seguir hasta la última bajada que es por camino de ripio que es más fácil y menos técnica, y aunque ya sin nada la corro como si fuera una pasada de 400 y que sea plata o mierda, ni miro para atrás que ya veo el arco y por fin sí ya llegamos que cuando miro a ver si viene lo despegué y ahora sí los metros finales para festejar con todo este tercer puesto y este podio que lo luché hasta la última caída y la alegría de lo que cuesta mucho, se me nota en la cara?

 

Si te gustó este relato no te pierdas todo lo que conté para La Nación es la crónica que hice de la carrera:

Sobre la base de la cordillera y bajo esos cielos cristalinos que envuelven a la Patagonia, se corrió el domingo el K21 de San Martín de los Andes. Una carrera que llevó a través de senderos, valles, trepadas, filos de montaña, lagunas y descensos abruptos a más de 800 corredores de la Argentina, Colombia, Brasil, Uruguay y Chile. Un grupo de lo más heterogéneo donde se cruzaron: integrantes del seleccionado nacional en su último test para el Mundial de montaña, aficionados que descubrían la montaña por primera vez en su vida, un santiagueño que recién mudado de sus 50º natales fue a trabajar en un refugio de alta montaña bajo cero y la exmodelo y conductora Virginia Elizalde corriendo en dupla con un atleta paraolímpico de sky de fondo con el objetivo de juntar fondos para construir una casa para personas discapacitadas. Ochocientos motivos diferentes para correr sobre los Andes. Continúa acá…

Y ahí más… en este viaje hice dos notas, en esta cuento una madeja de historias que se terminar desenderrando al final:

«La gente con discapacidad hoy vive cada vez más, y eso es una buena noticia, pero tiene su contracara», explica Luis Rodríguez, debido a que «empiezan a sobrevivir a sus padres y llega un momento que se quedan sin que nadie los cuide». Por eso, en San Martín de los Andes, desde la organización social Puentes de Luz crearon el proyecto Casa Tuya, que busca desarrollar un programa de viviendas para personas con discapacidad en donde podrán vivir de manera autónoma con pares. Esto desencadenó una catarata de sucesos aparentemente desconectados, incongruentes, hasta engañosamente ínfimos, pero con una energía y un propósito en común. Continúa acá…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *