¿Qué es una liebre? ¿Cuál es su parte animal y cuál su parte humana? Acá descubrimos esta última…
La Maratón de Buenos Aires, conocida como la más convocante de América Latina, agrupará nuevamente sobre la avenida Figueroa Alcorta a más de 10.000 corredores, lo que nadie sabe es que camuflados entre los atletas de musculosas coloridas, habrá una decena de «liebres». Los 42k de Buenos Aires que se largan este domingo a las 7 de la mañana, tendrán de todo. Un puñado de los mejores atletas africanos del momento, cantantes famosos y bandas empujando las zancadas con música, decenas y decenas de patinadores con cardiodesfibriladores en sus espaldas. Realmente de todo, y dentro de esa multitud movilizada tras la «bandera» del running, habrá un grupo de valientes que llevaran una verdadera bandera a sus espaldas y serán las, famosas para algunos, desconocidas para otros: liebres.
Es que la mayor distancia del atletismo olímpico, los 42.195 metros no es una prueba que se pueda tomar a la ligera. Para los mejores del planeta supone un poco más de dos horas corriendo, para la gente de a pie suele llevar entre tres y cuatro horas y para los últimos que empujan un cuerpo que se resiste a completar la carrera, el reloj llega a marcar más de seis horas. Todo un desafío físico y también mental. En ese aspecto aparecen las «liebres» como superhéroes. Es que son corredores con una misión muy específica: ayudar a los otros corredores. Trotarán junto a ellos con una bandera amarrada a sus espaldas con un número donde indican a qué velocidad van. Su compromiso es mantener esa velocidad constante toda la carrera para ayudar a otro a marcar un ritmo parejo, la estrategia ideal para lograr el sueño de todo maratonista: su mejor tiempo posible. Continúa acá…